La sanidad pública española es un referente internacional, pero su sostenibilidad, calidad y accesibilidad están en riesgo (por ejemplo, el déficit sanitario acumulado supera el 20% del presupuesto, y podría alcanzar los 50.000 millones de euros en 10 años).
Garantizar este pilar fundamental del Estado del Bienestar requiere una mayor responsabilización de todos (pacientes, profesionales y gestores) que se traduciría en 4 medidas: moderar el sobreuso de los servicios sanitarios; introducir de forma sistemática las nuevas prestaciones sanitarias; generar transparencia en la actuación de centros sanitarios y profesionales; y otorgarles mayor autonomía de gestión e incentivos.
Estas reformas buscan mejorar la sanidad pública y preservar los principios básicos de universalidad y equidad en la atención sanitaria de todos los pacientes.
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