Observatorio Laboral de la Crisis nº23 - Enero-Marzo 2014

Este Observatorio Laboral de la Crisis pretende cerrar una etapa que abrimos hace exactamente 22 trimestres, allá por Octubre de 2008, cuando la crisis económica comenzaba a azotar muy gravemente a los trabajadores de nuestro país. En aquel momento desde FEDEA nos pareció interesante ofrecer una contribución complementaria a la que el INE aporta al publicar la EPA trimestral.

Esta contribución no es sino la descripción de las transiciones laborales que los trabajadores experimentan en el mercado laboral, en particular las transiciones desde el empleo (pérdida de empleo) así como las que se producen hacia el empleo (acceso a un empleo). El INE hasta ahora ofrecía, bajo pago, los microdatos de los flujos de la EPA al público que lo solicitara y nosotros desde FEDEA, con el manejo de estos datos individuales, hemos dado a conocer quiénes eran los que trimestre tras trimestre perdían un empleo – por sexo, edad, educación, nacionalidad, tipo de ocupación y de sector anterior, así como quienes accedían a un empleo desde el desempleo o la inactividad. También hemos ido un poco más allá estimando los factores que en mayor y menor medida han sido quienes han determinado quién perdía y quién encontraba un trabajo.

En esta descripción detallada de las transiciones laborales hemos pasado por dos etapas: La primera, desde octubre de 2008 hasta diciembre de 2012 en la que ofrecíamos la información en términos de tasas de pérdida y de acceso a un empleo. Se estimaba qué porcentaje de aquellos que teniendo un empleo en el trimestre anterior lo perdían en cada trimestre, así como qué porcentaje de los que no teniendo un empleo en el trimestre anterior accedían a uno en cada trimestre. Mostrábamos estas tasas para todos los trabajadores así como por grupos demográficos. Sin embargo, dado que para una parte importante del público interesado la comprensión en términos de tasas no era directa, decidimos añadir una información adicional, que no era otra que aportar también los flujos laborales brutos, es decir, cuántos individuos pierden su empleo y cuántos acceden a él cada trimestre. No hemos descuidado en esta segunda etapa ni la información sobre tasas ni las estimaciones sobre los determinantes de cada transición.

Sin embargo, desde el comienzo de esta segunda etapa hemos sido conscientes de la importancia que tiene la ponderación individual al pasar del concepto de tasa al de flujo laboral bruto. Y este tema no estaba bien resuelto por el INE hasta ahora. Hemos encontrado disparidades importantes en las magnitudes de flujos laborales brutos que obteníamos utilizando los micro-datos de flujos con los que se obtenían comparando dos trimestres consecutivos de la EPA, disparidades que debieran ser mínimas y sin embargo no lo eran debido al problema existente con las ponderaciones individuales en las bases de datos de los flujos de la EPA.

Por fortuna, el INE ha recalculado estas ponderaciones individuales en las bases de flujos, aprovechando la nueva ponderación que también ofrece desde ahora para la EPA trimestral, que se basa en el Censo de Viviendas del 2011 en lugar del Censo de 2001, que era el que utilizaba hasta ahora. Pero además, el INE ha ido más allá publicando las tablas de los flujos laborales brutos de cada trimestre desde cada uno de los posibles estados laborales (empleo, desempleo, inactividad) hacia cualquier posible estado laboral. Y lo ha hecho desde el primer trimestre de 2005 hasta el trimestre actual y no sólo para el total de la población, sino también para los grupos demográficos que precisamente nosotros analizábamos en nuestro observatorio – es decir, desagregando la información por sexo, edad, educación, nacionalidad, así como según las características bien del empleo anterior (al analizar pérdida de empleo), como las del empleo actual al analizar el acceso al empleo. Toda esta información puede encontrarse pinchando aquí. Se muestran asimismo las transiciones globales (no por grupos demográficos específicos) en cada una de las Comunidades Autónomas.

Este paso dado por el INE nos parece muy importante – es de hecho el grueso de lo que venimos haciendo en nuestro Observatorio Laboral desde los inicios. Permite comparar las pérdidas y accesos a un empleo en momentos muy diferentes del ciclo, ya que se dispone de información desde el primer trimestre de 2005. Los siguientes tres gráficos muestran, para el colectivo total de trabajadores, es decir, sin desagregar por grupos demográficos, un ejemplo de lo que se puede obtener con un simple manejo de las tablas aportadas por el INE, y que nosotros hemos venido ofreciendo hasta ahora en nuestro observatorio laboral.

En primer lugar, de las tablas puede bien desprenderse cómo ha evolucionado la pérdida de empleo, es decir, el número de individuos que ha realizado la transición empleo-desempleo en cada trimestre, desde el 2005 y hasta este primer trimestre de 2014 (pérdida bruta de empleo):

Perdida

Se observa un importante flujo bruto desde el empleo hacia el desempleo incluso en 2007, antes de que la crisis azotara nuestra economía. Sin embargo, la intensidad de esta pérdida es muy superior en 2010 y en 2013, con un marcado componente estacional derivado de los dos trimestres estivales (el segundo y el tercero). En este primer trimestre de 2014, la pérdida bruta de empleo se sitúa por debajo de los niveles alcanzados en el mismo trimestre de 2010 y de 2013, y refleja que más de 800.000 personas han pasado del empleo al desempleo en estos tres meses.

La creación bruta de empleo también puede obtenerse directamente de las tablas que el INE proporciona. Podemos mostrar las transiciones desempleo-empleo (también podrían combinarse éstas con las transiciones inactividad-empleo pero por consistencia con la anterior mostramos sólo las que parten del desempleo).

Acceso

Este gráfico revela que durante los años más severos de la crisis se han producido más accesos del desempleo al empleo que en años como 2007, previo a la crisis. Esta circunstancia se explica por una mayor inestabilidad del empleo en los años de crisis: Si los empleos son muy inestables, los individuos pierden sus empleos con mayor facilidad (mayor número de transiciones desde el empleo al desempleo) pero al haber más individuos en situación de desempleo finalmente el número de ellos que acceden a un empleo, aunque sea de muy corta duración e inestable, también crece. Incluso muchos individuos pueden sufrir, en momentos de gran inestabilidad del empleo, frecuentes transiciones tanto desde el desempleo hacia el empleo como viceversa, lo que aumentaría el número de estos flujos brutos.

En este primer trimestre de 2014 nos encontramos con un acceso bruto a un empleo desde el desempleo mayor que en el resto de primeros trimestres.

Finalmente, de la combinación de estos flujos brutos se puede obtener la de flujos netos, es decir, el acceso neto a un empleo (hacia y desde el desempleo), sin más que restar al número de accesos brutos a un empleo el de pérdida bruta de empleo.

Neto

En el gráfico se observan muy claramente varios aspectos:

1. En 2007, cuando todavía la Gran Recesión no había afectado en nuestro país, se observaba un mayor acceso a un empleo que pérdida del mismo aunque el segundo y tercer trimestre del año son más propicios por la importancia del turismo en la contratación que el primero y el último.
2. En 2008 la Gran Recesión provoca un desplome en el empleo que se refleja muy claramente con unas cifras de acceso al empleo neto muy negativas.
3. En el 2013 se observa una situación en la que se vuelven a cifras de acceso neto a un empleo muy positivas, sobre todo en el segundo y tercer trimestre del año, pero también en el cuarto, lo que parece confirmar por ahora la salida del túnel de esta crisis.
4. En este primer trimestre de 2014 asistimos a un acceso neto al empleo negativo pero mucho menor al observado en los primeros trimestres de los años centrales de la crisis, lo que parece indicar, si las expectativas se cumplen, que estamos tocando fondo en la destrucción neta de empleo.

Esta valiosa información puede obtenerse no sólo para el total de trabajadores, sino también desagregando la información por sexo, edad, educación, nacionalidad, etc, sin más que creando los gráficos desde la información directa de las tablas que el INE ofrece desde el pasado jueves. Los lectores interesados pueden a partir de ahora obtenerlos de modo directo.

Este nuevo servicio del INE, que sinceramente aplaudimos, suple de alguna manera una parte importante de la aportación que venimos haciendo en el Observatorio Laboral. Por tanto, a partir de ahora, el Observatorio Laboral de la Crisis entrará en una etapa de reflexión y maduración en la que ya estamos trabajando. Cuando renazca, ofrecerá información complementaria que no sea directamente asequible por el público y que por tanto ofrezca suficiente valor añadido.

Un cordial saludo y hasta pronto.

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