Educación

Sistema educativo, formación de capital humano, ciencia e investigación tras la COVID-19

El informe de la comisión de educación y ciencia del GTMC propone iniciar un proceso sostenido de reformasque fomente la excelencia y permita al sistema educativo y de investigación responder más eficazmente a las necesidades de la sociedad. El documento pone el acento sobre la atracción de talento, el apoyo al personal docente e investigador mediante la reducción de cargas administrativas y trabas burocráticas y la mejora de los mecanismos de coordinación con el sector productivo.  

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Fedea publica hoy el informe de la Comisión de educación y ciencia del Grupo de Trabajo Mixto Covid-19 (GTMC), coordinada por Clara Eugenia Núñez (UNED). Tras proponer algunas medidas para paliar los efectos del cierre escolar provocado por la crisis sanitaria, el documento argumenta que la inversión en educación es una herramienta fundamental para fomentar el crecimiento económico, la creación de empleo y la cohesión social y que por tanto no puede permanecer en un segundo plano, como ha venido ocurriendo tradicionalmente en nuestro país. Para mejorar el funcionamiento del sector educativo e investigador, se propone iniciar un proceso sostenido de reformas que fomente la excelencia y permita al sector responder eficazmente a las necesidades de la sociedad. Con este fin, se argumenta, es preciso reforzar y apoyar decididamente al estamento docente para que pueda llevar a cabo su tarea en condiciones adecuadas. Y es imprescindible acabar con la endogamia y con el aislamiento internacional de nuestro sistema universitario, en el que el profesorado foráneo no alcanza el 1% del total, en contraste con las buenas universidades internacionales, cuyos altos porcentajes de internacionalización del profesorado son reflejo y garantía de su excelencia.

El cierre sin precedentes que ha sufrido el sistema educativo esta primavera como resultado de la crisis sanitaria tendrá efectos negativos sobre el desempeño académico que se concentrarán en los colectivos más desfavorecidos, incluyendo los alumnos procedentes de familias en riesgo de exclusión y aquellos con necesidades especiales que requieren una atención personalizada. Para paliar estos efectos se propone un Plan educativo de emergencia Verano-Otoño 2020 que implicaría la contratación de egresados universitarios recientes para reforzar las plantillas de los centros que más lo necesiten, la ampliación y flexibilización del calendario escolar durante los próximos meses y la utilización de plataformas educativas on-line de probado éxito.

Muchas de las reformas que se proponen a medio y largo plazo parten de la idea de que la calidad de la educación y la capacidad de generar conocimiento dependen crucialmente de la cualificación y motivación de profesores e investigadores. Para mejorar el funcionamiento del sistema educativo e investigador, por tanto, es imprescindible seleccionar y atraer a los mejores, así como liberarles de una burocracia excesiva, darles los medios de apoyo necesarios y los incentivos correctos. En esta línea, se propone un plan de refuerzo y renovación del cuerpo de maestros y profesores que iría acompañado de cambios en los procesos de selección y formación del personal docente, con el objetivo de atraer a los mejores bachilleres. Para la enseñanza superior y el sistema de ciencia y tecnología, se plantea también un programa de atracción de talento y repatriación de investigadores, así como una modificación de los actuales criterios de selección y acreditación, que en la práctica favorecen la endogamia, reducen la competencia que fomenta la excelencia y obstaculizan la contratación de personal formado en otros países.

El informe apuesta por una renovación a fondo de la universidad y de los organismos de investigación para que sean competitivos a nivel internacional y sirvan mejor a las necesidades del sector productivo. Con este fin, se propone reorganizar la oferta de títulos universitarios de forma que responda mejor a las necesidades sociales, mejorar los mecanismos de colaboración entre universidades, centros de investigación y empresas, fomentar la especialización y eliminar la innecesaria duplicación de centros y enseñanzas, especialmente en relación con los programas de doctorado, adecuar las tasas al coste real de los servicios, introduciendo a la vez un sistema de préstamos y reforzando los programas de becas, y revisar la gobernanza de las universidades. En cuanto a los organismos investigadores, se destaca la necesidad de aumentar su autonomía y capacidad de gestión y de reducir las trabas burocráticas innecesarias a las que se enfrentan. También se considera crucial dotar a su financiación de una mayor estabilidad que haga posible una planificación a medio plazo y mejorar el sistema de seguimiento y evaluación.

Documento completo

Núñez, C. E. (coordinadora) y otros (2020). “Sistema educativo, formación de capital humano, ciencia e investigación tras la COVID-19.” FEDEA Policy Papers no. 2020-15. Madrid.